Las cortesías, buenos productos, agradable decoración, instalaciones limpias, relativamente sencillo de estacionarse cerca, zona segura y con vida de calle, etc. Bien en pocas palabras...
Los barberos ponen una atmósfera muy desagradable. Se hablan a mentadas de madre y los he visto ponerse a jugar con los clientes cuando tienen los ojos tapados con la toalla caliente. No vuelvo.