La realidad es que mis expectativas eran mayores, el espacio es pequeño, no hay donde sentarse. Saturado, las especialidades sin discusión, pero... demasiado informal para mi gusto.
Había escuchado maravillas de este lugar sólo llegar y ser atendido por un payaso que no sabe sugerir nada y sentirse que está sirviendo el café de los dioses. Que no MAME.