Las noches de los viernes y sábados esta escuela abre su pequeño comedor para hacer degustación de sus platos. Tanto el servicio como el entorno es muy agradable. Y los platos excelentes.
Casi había olvidado que cenamos aquí hace un par de años. Los pintalabios de chocolate todavía dan vueltas por mi memoría, y las réplicas por mi congelador