Llevo más de 20 años comiendo hamburguesas en este local curioso. Vale la pena visitarlo por su peculiar decoración, su dueño era un dir de efectos especiales de cine. Calidad-precio inmejorable.
Un lugar con mucho encanto. Los que pidáis la hamburguesamejicana quizá os llevéis una sorpresa. No es lo que parece (está sepultada en chili, literalmente), aún así está bastante buena.
Un clásico entre los clásicos. Pese a haber perdido calidad en los últimos años, sus variadas recetas y su ecléctica decoración ochentera lo convierten en una hamburguesería digna de visitar
Hay hamburguesas distintas a las típicas, baratas y muy ricas. Las patatas son de bolsa pero por el precio merece la pena. Buen ambiente y música rock o la de siempre, nada de regueton.
Tienes que ser amante de los sitios oscuros, la atención ruda, aún así merece la pena. Si eres de los que se ofenden fácil no vayas, si estas de vuelta de todo y quieres originalidad es tu sitio
Buenas hamburguesas, de toda la vida! Los nachos poco elaborados y poco recomendados, queso, nachos y salsa por separado! Aún así un gran sitio y ambiente!
Camarero poco amigable, mesas muy juntas, poca carne en la hamburguesa y patatas fritas de bolsa. Solo se salva que la comida es barata y la decoración, lo único por lo que merece una visita
Un lugar con mucha historia pero echado a perder desde que falleció su dueño, el peculiar Don Pablo. Han bajado la calidad de sus productos, especialmente las salchichas, y subido los precios...
Hamburguesas aceptables tamaño pequeño, con patatas fritas de bolsa. Carta minimalista. Para beber sangría etc tiene mejor pinta, pero para cenar te quedas con hambre. El local es agradable.
No tienen patatas fritas, solo patatas chips de bolsa. Las hamburguesas están muy buenas. Los nachos poco elaborados son de bolsas con las salsas de queso y tomate a parte
Hamburguesa con patatas de bolsa, el queso medio frio. .... lo único interesante y verdadero es lo del palillo de la hamburguesa y los camareros si los hay no los he visto. ...
El sitio es por lo único que merece la pena ir, y sólo una vez. Las hamburguesas de lo más corrientes, el chile con queso nada especial y las tartas para no pedirlas jamás.