En una de sus barras verás cómo se hacen las pastas y los risottos al momento. En la otra (en la terraza) prueba el huachinango con aceite de vainilla o las puntas de espárrago con huevo de codorniz.
Aperitivo obligado: coctel a base de sake. Para compartir, el callo de hacha en conchitas (3 a la parmesana, 3 a la parrilla) y el Acevichado maki. De postre: sorbet Umeboshi (imprescindible).
Notable carta de Mixology. Ideal para el ambiente del lugar. Arranca con un Santa-Tlali: pepino, apio, maracuyá, miel de agave, jugo de piña y mezcal Alipús.
Síguelos en @barracriolla para conocer el menú del día. Accesible y delicioso. En la noche llega temprano para tapear: chorizo a la sidra, codorniz Pekín, quesos, vino y mezcal.
Para una noche tranquila, elige el salón. Las mesas junto a la ventana ofrecen vista a la ciudad o al bosque. Y para unos tragos, al lado de la chimenea. Prueba el sashimi de atún y pulpo.
Antes de pedir un trago, pregunta por las aguas frescas del día. Los escamoles son sencillos pero de muy buen sabor. El fideo seco es una experiencia, un tanto nostálgica y muy sabrosa.
