Remodelación y giro absoluto al local. Antes era fácil pasar horas leyendo con café y tarta, ahora espanta el intento de sofisticación. Salí corriendo. Lo siento, no vuelvo.
Esto ya no es lo que era. Parece que los camareros tienen prisa porque te vayas y dejes las mesas libre. Un poco de simpatia al tratar con el cliente no vendria mal tampoco.